Hoy para muchas personas es San Valentín, el conocido popularmente como el día de los enamorados. Más allá de si celebras este día con tu pareja o no, vamos a aprovechar el día de hoy para hablar de qué ingredientes tiene que tener una relación de pareja sana, y por el contrario, qué cosas hacen que nuestra relación pueda ser disfuncional, y hacernos sufrir.
Ingredientes de una relación sana
Aunque muchos de ellos sean básicos y tendamos a darlos por sentados, son muchas las situaciones del día a día en las que pasamos por alto cuidarlos, o en las que surgen signos de alarma de que no estos ingredientes no están funcionando bien, y tendemos a obviarlos.
1. Igualdad: prioritario e indispensable. Ningún miembro de la pareja puede ejercer un rol dominante sobre la otra. Bajo este caldo de cultivo de posesividad y de control, es donde se desarrollan problemas futuros de dominación y maltrato.
Ejemplo de que algo no funciona bien: no es normal, por ejemplo, que nuestra pareja controle nuestros horarios, nuestras salidas, o revise nuestro teléfono móvil.
2. Respeto: obviamente, nuestra pareja debe tratarnos con respeto. Tendemos a relacionar este punto con conductas agresivas, insultos, y otro tipo de señales obvias de faltas de respeto, pero existen conductas más sutiles que denotan que nuestra pareja no nos está respetando.
Ejemplo: una muestra de ello es que tu pareja no respete tus decisiones: por ejemplo, que se enfade si no te apetece salir, o que desapruebe tus amistades, o la ropa que has elegido ponerte.
3. Confianza: la honestidad y la confianza son dos ingredientes básicos, pero que pueden generar multitud de conflictos en la pareja si se encuentran ausentes.
Ejemplo: si tu pareja quiere salir siempre contigo, si no se fía de que tengas amigos de tu opción sexual, o se frustra y se enfada si quedas a solas con ellos, desde luego, hay un problema de confianza.
4. Comunicación: uno de los aspectos básicos donde más a menudo encontramos fricciones, es en la falta de comunicación, o en una comunicación no equilibrada.
Ejemplo: no expresar claramente tus deseos y necesidades personales, sino que por el contrario, vas acumulando situaciones con las que no estás conforme, y finalmente, estallas y discutes con tu pareja, reprochándole todo lo que no te ha gustado en este tiempo.
5. Tiempo personal: cuando hablamos de pareja, hablamos de diversión juntos, de respeto, de buenos ratos y de compañía, pero no de dependencia.
Ejemplo: cada uno debe de seguir cultivando sus aficiones, sus amistades, el deporte, o cualquier otra área que desee, sin que eso suponga un problema para el otro miembro de la pareja.
Como hemos visto anteriormente con otros artículos del blog (por ejemplo, el que dedicamos a la prevención de la violencia de género en adolescentes) existen algunos mitos del amor romántico que están instaurados en nuestra sociedad a través de novelas, películas, o en general de la cultura popular, y que nos trasladan mensajes nocivos que muchas veces, van en contra de estas recomendaciones sobre cómo mantener una relación de pareja equilibrada y sana.
¿De qué tipo de mensajes hablamos? Pues de los mensajes que validan la relación de dominación y posesividad, creando arquetipos de género distorsionados (precisamente esta semana se estrenará en cines una película que refleja perfectamente estos roles de género, presentando a la mujer como la parte sumisa de la pareja, y al hombre como dominante).
Otros mitos consisten en reflejar que la pareja es un ente aparte del mundo, y que debe sobreponerse a las dificultades que la sociedad les ponga (“el amor todo lo puede”) y que directamente, validan conductas de control y de posesividad, normalmente por parte del hombre.
Este caldo de cultivo, precisamente es al que nos referíamos al inicio, y que fomenta comportamientos que generan desequilibrios y discusiones en la pareja, pero que además, en última instancia, pueden derivar en problemas de dominación y maltrato.
Por lo tanto, cuidemos nuestras actitudes y nuestras creencias sobre la pareja, y seamos conscientes de los mensajes irreales que recibimos. Dedícate tiempo a ti, y dedica tiempo a la pareja. Disfruta de ella como lo que es, una parte de tu vida que te aporta grandes emociones y momentos.
¡Hasta la semana que viene!
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